La renta
básica universal permitiría a los individuos poder rechazar los trabajos no deseados, elegir su ocupación, encajar por elección el mercado laboral. Una consecuencia sería el ahorrar millones en tratamientos para el estrés, depresión y ansiedad. Esto, según la
utopística de Rutger Bregman. Si en el mundo paralelo de lo ideal esta
construcción se pudiera concretar, si en el mundo de la tozuda realidad
existiera la chance de aplicar esta sugerencia, me temo que el autor perecería
víctima de una bala loca farmacéutica.
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