lunes, 29 de junio de 2015

“Y llegado a este punto Entrescu pidió disculpas por haberse dejado llevar por el entusiasmo y se calló, instante que aprovechó Popescu para hablar de un matemático rumano nacido en 1865 y muerto en 1936, que durante los últimos veinte años de su vida se había dedicado a buscar <<unos números misteriosos>>, que están ocultos en alguna parte del vasto paisaje visible para el hombre, pero que no son visibles, y que pueden vivir entre las rocas o entre una habitación y otra e incluso entre un gran número y otro, como quien dice una matemática alternativa camuflada entre el siete y el ocho a la espera de que un hombre sea capaz de verla y descifrarla. El único problema era que para descifrarla había que verla y que para verla había que descifrarla.”
Roberto Bolaño, 2666, P. 858.  

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